A veces, pienso que tenemos lo que queremos, o lo que nos merecemos, y no ha hecho más que empezar. Y muta hacia la condensación inevitable de pensamientos, anhelos y deseos. Unos absolutamente egoístas y reprochables. Otros, pretextos que ocultan una soledad fría y despótica. Somos cómplices y coautores. Somos partes imprescindibles en este delirio que nos mantiene vivos al margen de lo correcto.
1 comentarios:
sábado, octubre 03, 2009
La vida es un delirio contínuo. Muás!
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